La diabetes mellitus (DM), es un grupo de enfermedades metabólicas en las que hay altos niveles de azúcar en la sangre durante un período prolongado.
Este nivel de azúcar en la sangre produce síntomas de micción frecuente, aumento de sed y aumento de hambre.
Si no se trata, la diabetes puede causar complicaciones. Las complicaciones agudas incluyen la cetoacidosis diabética y el coma hiperosmolar no cetónico. Las complicaciones graves a largo plazo incluyen enfermedades del corazón, derrame cerebral, insuficiencia renal, úlceras del pie y daño a los ojos.
La diabetes se debe a que el páncreas no produce suficiente insulina, o bien las células del cuerpo no responden correctamente a la insulina producida.
Hay tres tipos principales de diabetes mellitus.
La DM tipo I resulta de la incapacidad del cuerpo para producir suficiente insulina. Esta forma era llamada anteriormente como "diabetes mellitus insulino-dependiente" (DMID) o "diabetes juvenil". Aún no hay pleno acuerdo acerca de las causas.
La DM tipo II comienza con resistencia a la insulina, una condición en la cual las células no responden a la insulina adecuadamente. Esta forma era llamada como "no dependiente de la insulina-la diabetes mellitus" (DMNID) o" diabetes del adulto ". La causa principal es el exceso de peso corporal a través de los años y no hacer suficiente ejercicio.
La diabetes gestacional es la tercera forma, y se produce cuando las mujeres embarazadas sin historia previa de diabetes desarrollan un alto nivel de glucosa en la sangre.
En general, la prevención y tratamiento implica una dieta saludable, ejercicio físico, no consumir tabaco y mantener un peso normal. El control de la presión arterial y el cuidado adecuado de los pies (pié diabético) también son importantes para los que padecen la enfermedad.
En la diabetes tipo I deben ser administradas inyecciones de insulina.
La diabetes tipo II puede tratarse con medicamentos, con o sin insulina.
La diabetes gestacional generalmente se resuelve después del nacimiento del bebé.
La diabetes tipo II es la más generalizada, constituye aproximadamente el 80% de los casos.
Varios síntomas pueden marcar el inicio de la diabetes, a pesar de que no son específicos de la enfermedad: visión borrosa, dolor de cabeza, fatiga, lenta curación de cortes, picazón en la piel, pérdida de peso, orinar frecuentemente, aumento de la sed, y aumento del apetito.
También pueden experimentar episodios de cetoacidosis diabética, un tipo de problemas metabólicos caracterizados por náuseas, vómitos, dolor abdominal, olor a acetona en el aliento, un tipo de respiración profunda y forzada (respiración de Kussmaul), deshidratación, y en casos severos una disminución del nivel de conciencia.
Complicaciones:
Todas las formas de diabetes tienen riesgo de complicaciones a largo plazo. Por lo general se desarrollan después de 10-20 años de la enfermedad no tratada.
Las principales se refieren a los daños en los vasos sanguíneos. La diabetes duplica el riesgo de enfermedad cardiovascular y alrededor del 75% de las muertes en los diabéticos se deben a la enfermedad de la arteria coronaria.
Otras enfermedades macrovasculares son accidente cerebrovascular y enfermedad vascular periférica.
Las complicaciones microvasculares primarias de la diabetes incluyen daño a los ojos, los riñones y los nervios. El daño a los ojos, conocida como retinopatía diabética, es causada por el daño a los vasos sanguíneos en la retina del ojo, y puede resultar en la gradual pérdida de visión y ceguera.
El daño a los riñones, conocido como nefropatía diabética, suele conducir a la cicatrización de tejidos, la pérdida de proteínas en orina, y la enfermedad renal crónica con el tiempo. A veces requiere diálisis o trasplante de riñón.
El daño a los nervios del cuerpo, conocida como neuropatía diabética, es la complicación más común de la diabetes. Los síntomas pueden incluir entumecimiento, hormigueo, dolor y alteración de la sensación de dolor y daños en la piel.
Suele producirse problemas en los pies relacionados con la diabetes (como las úlceras de pie diabético), que en general son difíciles de tratar. En ocasiones requiere la amputación. Además, la neuropatía diabética proximal provoca pérdida dolorosa de masa muscular y debilidad.
También existe una relación entre el déficit cognitivo y la diabetes. En comparación con los que no tienen diabetes, las personas con la enfermedad tienen un 1,2 a 1,5 veces mayor tasa de disminución de la función cognitiva.